sábado, 7 de enero de 2012

El Ciclista Solitario




l cicloturista solitario (en mi caso el Bicigrino Solitario) es en realidad un espécimen abundante. Debido a que esta forma de viajar sigue siendo minoritaria y algo desconocida, no es fácil encontrar compañeros de ruta. En mi caso, a veces ni los encuentro para salir a entrenar en bici los fines de semana. Así que somos bastantes los que preferimos lanzarnos a quedarnos en casa arrepintiéndonos por no haberlo hecho.
   Ciertamente, cuando uno empieza en esto por su cuenta, se encontrará a menudo con que no tiene con quien viajar. A algunas personas les desagrada esta perspectiva, e incluso les desmotiva hasta el punto de renunciar al viaje, lo cual es una pena. Respetando, como no podía ser de otra manera, una decisión tan personal, me gustaría desde este blog animar a todas estas personas a superar esa comprensible aprensión tan íntimamente ligada al carácter y la personalidad de cada uno.
Para mí nada mejor que una buena compañía, pero no renunciaría a un viaje por el hecho de no encontrar con quien ir.
   A continuación os comento las ventajas y los inconvenientes que veo yo en esto del viaje en solitario.

Ventajas de viajar solo:
  • La primera, y para mí más importante, es evidente. Todo viaje es en realidad un viaje interior. Cuando uno viaja solo esta afirmación cobra todo su sentido y el viaje se convierte en una experiencia única e íntima. Viajar solo es profundamente enriquecedor y contribuye al crecimiento interior. Uno es su propio compañero de viaje y forzosamente desarrollará un dialogo interno muy útil a la hora de conocerse a sí mismo. Descubriremos nuevos aspectos de nuestra personalidad, no necesariamente positivos, que nos ayudarán en nuestra evolución vital. Creo que reencontrarnos con nosotros mismos es la mejor razón para viajar en solitario.
  • Tendremos una perspectiva del mundo muy diferente y a menudo más interesante. Nos sentiremos de alguna forma espectadores del teatro de la vida, y haremos reflexiones que jamás podríamos tener en compañía. Viajar solo supone romper nuestra posición vital y cotidiana en el mundo, lo que a menudo es un gran estímulo emocional e intelectual.
  • Descubriremos habilidades y facultades que nos eran desconocidas. Nos daremos cuenta de que somos más autosuficientes de lo que pensábamos, lo que nos dará más seguridad en nosotros mismos y aumentará nuestra autoestima. También conoceremos mejor nuestros límites y aprenderemos a aceptarlos, lo cual es especialmente útil a la hora de evitar frustraciones.
  • La sensación de libertad. Podemos tomar las decisiones que queramos sin depender de nadie y sin dar explicaciones: levantarnos cuando nos dé la gana (un lujo), perder más o menos tiempo en uno u otro sitio (gran fuente de polémica viajando en grupo), ir a nuestro ritmo (una gran suerte, tanto para los lentos como para los machacas), comer y dormir cuando y donde queramos, equivocarnos sin miedo a las críticas, no tener que hacerse esperar (se acabó el estrés en las paradas de urgencia escatológica) etc. En fin, ser libre es una ventaja impagable.
  • Viajar solo no es sinónimo de soledad. Al contrario, a menudo es más fácil conocer gente y ésta suele ser más interesante. No es nada raro acabar comiendo o tomando unas cervezas con compañeros eventuales de viaje e incluso compartir varios días de trayecto, mejor acompañado a veces que si uno hubiera partido en grupo. La verdad es que la persona que viaja sola suele despertar bastante simpatía entre otros viajeros y los locales. 

 Inconvenientes:
  • Obviamente, sentirse solo en determinados momentos. Esto claro depende mucho del carácter de cada uno. Es verdad que a veces puede no ser una sensación agradable, especialmente en los momentos difíciles. En este caso no tendremos con quien compartir las penas. También, cuando disfrutamos de un paisaje espectacular o de un momento excepcional de nuestro viaje, echaremos de menos a alguien con quien compartirlo. Las personas más propensas a la melancolía pueden forzar situaciones de socialización, como comer en las mesas comunes de los campings o dormir en albergues (personalmente me parece una práctica de alto riesgo, dado que el cicloturista necesita un buen descanso nocturno, algo difícil de encontrar a veces en los albergues). Otro buen consejo es llevar un diario en el que anotar las experiencias de la jornada; el diario es el mejor compañero del viajero solitario (junto con un libro, ligero por supuesto, y un reproductor mp3).
  • Es necesario planificar con más detalle, pues no contamos con ayuda para solucionar los problemas derivados de una mala planificación. Conviene dejar un plan del viaje lo más detallado posible a familiares o amigos, por si acaso, y comunicar con ellos de vez en cuando (sobre todo para decirles que el plan ha cambiado, como no podía ser de otra manera).
  • Siempre surgirán situaciones en la que nos tendremos que buscar la vida para no dejar la bici o el equipaje expuesto a robos, ya que no tenemos a nadie que nos lo vigile. El ejemplo típico es cuando hay que comprar algo en el supermercado con la bici cargada. Es mejor hacer las compras siempre en los pueblos y en pequeños comercios, y dejando siempre la bici a la vista desde el interior. En grandes supermercados, se puede pedir permiso para meterla en un rinconcito.
  • Me parece muy importante cuando se viaja solo llevar dos tarjetas de crédito siempre separadas (a no ser que se lleve todo el dinero que se piensa gastar, en cuyo caso sólo llevaría una, siempre separada del dinero claro). Si viajando solo se nos pierde la tarjeta estamos en un gran aprieto, ya que no tenemos a nadie para que nos preste dinero.  
  • Viajar solo es más caro. No se puede compartir ningún gasto y en muchos sitios los precios de los hoteles son igual para una habitación simple que para una doble. ¡Y en algunos es más cara!
  • Por supuesto, casi nunca se sale en las fotos.
   Como podéis ver, las ventajas, a pesar de ser menos numerosas, si tienen más peso, por lo que mi consejo en caso de duda sería siempre agarrar la bici y echarse al monte. Estoy seguro de que siempre será una experiencia inolvidable.
   Personalmente no creo mucho en las fórmulas de encontrar compañeros por internet, especialmente cuando se viaja en bici. Veo bastante complicado encontrar una persona afín y con las mismas expectativas y filosofía que uno… y como dice el refrán, más vale solo, que mal acompañado. Y de todas formas, siempre tendréis una compañera con la que indefectiblemente terminaréis hablando en esas largas rectas de la carretera o ascendiendo duros puertos de montaña: vuestra fiel bicicleta, a la que a buen seguro ya habréis puesto nombre al final del viaje.

3 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, en las ventajas e inconvenientes de viajar solo o acompañado.Yo prefiero como tú bien dices,compañeros de viaje eventuales que vayan saliendo a lo largo del camino, mejor que salir en grupo,tienes que conocer muy bien a la persona que te acompaña y ser muy afines, porque sino si que sería una carga y no se disfrutaría del viaje como uno quisiera. Mucho ánimo,y sigue adelante.
    Un abrazo Rosa.

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  2. Vicente, a mi me trendrás a tu lado, aunque sea en la distancia, porque espero poder seguir paso a paso todos tus progresos. Compartiendo incluso esos paisajes espectaculares que encuentres, ya que subiras esas fotos a este blog, o al sport tracker. En fin, como te digo sere tu acompañante fiel en la distancia.

    Pedro

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  3. Los viajes son un momento de alegría y descubrimiento, una oportunidad para poder aprender cosas nuevas. Adoro Viajar Solo

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